“En 2020 pudimos haber abolido la explotación reproductiva, pero todos los grupos parlamentarios, incluidos PSOE y Podemos, votaron en contra porque era una proposición de Vox”

Berta O. García es sabiduría feminista. Su conciencia está siempre en el epicentro de los derechos humanos de las mujeres para que no seamos reducidas “a un contenedor como madres ni llamadas gestantes” así como “los derechos de las y los hijos que al ser vendidos pierden su identidad”. La coordinadora y coautora de títulos como ¿Gestación subrogada? (Editorial Serendipia) sabe que no hay mayor talón de Aquiles para el lobbie compraniños que el de la abolición de la explotación reproductiva. Por ello preside en España la Coalición Internacional para la Abolición de la Gestación Subrogada (CIAMS), una federación de 50 organizaciones feministas y de derechos humanos fundada en 2018.

Aunque es consciente que la meta es lejana, no se rinde. “Se trata claramente de sacrificar a mujeres fértiles para dar satisfacción a meros deseos ajenos”. Un sacrificio que tiene todo que ver con la propaganda de romantizar los vientres de alquiler mediante el doble disfraz de la lucha contra la infertilidad y el descenso de la natalidad global. “Incluso de aquellas personas que nunca han podido ni podrán reproducirse naturalmente, como son las parejas de hombres o los hombres solos. También se defiende como una práctica válida contra el descenso de la natalidad. Hay países como Nigeria, donde las mujeres tienen una media de más de 5 hijos, o como en Ruanda, que tiene de sobra garantizado el crecimiento demográfico con un índice de fecundidad de 3,75 hijos por mujer”, añade García.

Nuria Coronado Sopeña

Esta incómoda y comprometida abolicionista ve y siente que la escalada de violencia contra las mujeres en todo el mundo no cejará. “Todo lo contrario. Cada vez se reinventa más para seguir creciendo. Sin duda el transgenerismo ha venido a sumarse a la violencia patriarcal más feroz y a las insumisas se nos cancela, se nos censura, nos persiguen, nos amenazan y nos agreden. Y sin restar un ápice a la violencia que sufren las afganas y que ya va siendo hora de que la comunidad internacional intervenga de manera decidida, creo que Afganistán es el paradigma de la ferocidad de la violencia patriarcal y religiosa contra las mujeres, pero creo también que estamos asistiendo a un proceso que yo llamaría de talibanización global”. 

Una talibanización, que en lo que se refiere a la explotación reproductiva, Berta O. García recuerda que vio de la manera más banal. “Fue con los primeros casos de celebrities que saltaron a la prensa del corazón en España. Cosas de las que te enteras por casualidad cuando vas a cortarte el pelo y hojeas una revista. Como no tenía tiempo para nada, no había indagado sobre gestación subrogada, pero siempre me preguntaba quién era la madre de esos bebés y dónde estaba, por qué no salían en las revistas, hasta que me di cuenta de que la gestación subrogada es eso precisamente, borrar a la madre”.

A partir de ver la luz ya no pudo ni quiso cejar en la lucha. “Encontré lo que las feministas habían escrito mucho tiempo antes y me cuadró todo. También empecé a publicar mis reflexiones en Facebook y a recibir respuestas furibundas de los comprabebés, claro. Recuerdo a uno que me hizo hasta gracia porque me dijo “¡qué cutrez, la maternidad no la determina la preñez!”. Así, con una rima muy barroca, el tipo resumía en una frase lo que es realmente la gestación subrogada: una manera de quitarles a las madres el derecho de filiación con sus hijas e hijos, quedarse con los recién nacidos y hacer pasar esta práctica como algo muy moderno, porque al fragmentar falazmente la maternidad entre madre genética (la que pone el óvulo), madre biológica (la que gesta y pare) y madre social (la que adquiere el bebé), la máxima romana “mater semper certa est” queda en entredicho, aunque ellos son más bien del Código Civil napoleónico, en el que la mujer y sus entrañas eran propiedad del hombre. Porque no nos engañemos, este invento de la gestación subrogada es capitalista y patriarcal. Las mujeres jamás hemos reivindicado vender ni regalar a nuestros hijas o hijos.


¿Cuál es el desgaste de luchar y denunciar la mafia de este mercado capitalista?

El hecho de pertenecer a una coalición internacional contra esta práctica te obliga a estar actualizada sobre lo que ocurre a diario en todo el mundo y te das cuenta de que te enfrentas a una industria económicamente potentísima y con previsiones de crecimiento. Aquello de “vendería hasta a su madre”, que se decía de las personas miserables, es cierto y esta industria tiene recursos suficientes para comprar voluntades a nivel político y académico. Te das cuenta de que te estás enfrentando a un gigante y eso desgasta, pero también te retroalimenta para seguir luchando. Yo es que soy muy tenaz, y aunque a veces me sienta abatida por lo que sea, enseguida levanto cabeza y no tiro nunca la toalla.

La situación de desesperación en la que se encuentran las mujeres si hablamos de países como por ejemplo México con respecto a otros lugares, es tremenda.

La inmensa mayoría de las mujeres que son madres subrogadas necesitan dinero y también puede darse el caso de que algunas lo hagan por coacción emocional en el entorno familiar o de amistades, pero casualmente no suelen ser las que están en mejor posición económica. Cuando les preguntas por qué lo hacen, siempre te dirán que, por ayudar, pero cuando les preguntas por qué lo hacen otras, te dicen que su principal motivación es el dinero.

¿Hay un ranking de países donde es más fácil ser explotada que en otros?

Yo te diría que hay países donde se cometen auténticas atrocidades. México es uno de ellos, desde luego, pero también Colombia, Argentina, Ucrania, Nigeria y EEUU. En todos los países donde la gestación subrogada es legal se cometen abusos y violencia contra las mujeres, porque es algo intrínseco a esta práctica. Ocurre incluso en Canadá y en Gran Bretaña, donde pasa por ser altruista y ética, pero muchas madres relatan experiencias traumáticas y se sienten abandonadas después de entregar la criatura; incluso se dan conflictos familiares muy graves. Tenemos testimonios personales de madres “subrogadas” que lo han pasado muy mal, pero no quieren hacer pública su experiencia y lo respeto, sólo quieren seguir adelante con su vida y aprovechar el dinero para mejorar las condiciones de vida de su familia.

También conozco el relato de un compra niños que me contactó porque una agencia de subrogación lo había estafado y se quedó sin dinero y sin bebé. Como estaba muy enfadado, me contó todas las barbaridades que les hacían a las madres subrogadas sin el menor remordimiento. Fue muy impactante oír qué es lo que pasa desde el lado de los explotadores, porque además de todos los abusos y la violencia a las madres subrogadas, un bebé murió al nacer en la calle cuando la madre se puso de parto y se encontró con que la agencia no había depositado el dinero en el hospital y no la atendieron, otra bebé quedó tetrapléjica al nacer en un cuartucho sin las mínimas condiciones sanitarias… Pero esto te lo cuentan cuando las cosas les salen mal; si las cosas les salen bien y se llevan el bebé a casa, se callan, obviamente.

En España estuvimos a punto de acabar con este maltrato y prostitución reproductiva. Fue por una propuesta de Vox. ¿Fue por ello que no salió adelante?

Esto fue en 2020, sí. Vox presentó una proposición no de ley para prohibir la gestación subrogada, sancionar a los que recurran a ella y a los intermediarios y anular la Instrucción 2010 que posibilita registrar a bebés en los consulados españoles, pero todos los grupos parlamentarios votaron en contra de aquella proposición, incluso el PSOE y Podemos, cuando el PSOE, en sus programas electorales, dice claramente que está en contra de esta práctica y Podemos, por su parte, tiene un análisis muy elaborado contra esta forma de violencia, pero argumentaron que era un tema muy complejo, que había que pensarlo más... A mi entender, faltó voluntad política porque la iniciativa venía de Vox, que tampoco es que se distinga precisamente por reconocer la violencia estructural que sufrimos las mujeres por el hecho de ser mujeres. De hecho, Vox niega que exista esa violencia estructural. Entre unos y otros, la casa sin barrer, y es lamentable, porque no hubo entendimiento y no se volvió a repetir la propuesta.

Precisamente Pedro Zerolo o Beatriz Gimeno fueron máximos responsables de este mercadeo de los derechos de las mujeres y las criaturas…De aquellos nombres esta brutal realidad.

Por supuesto, Pedro Zerolo y Beatriz Gimeno propiciaron la famosa Instrucción 2010 y lo hicieron en Ferraz, en la misma sede del PSOE, con representantes de Son Nuestros Hijos. Es algo que reconocieron la propia Beatriz Gimeno y los representantes de esa asociación. Esa instrucción contradice la ley española de manera flagrante. La ley de técnicas de reproducción humana asistida sólo reconoce aquellas técnicas acreditadas científica y clínicamente para revertir la infertilidad y excluye la gestación subrogada de esas técnicas, porque obviamente no lo es, y estipula que el contrato de gestación por sustitución es nulo de pleno derecho y que la filiación materna viene determinada por el parto. Pues bien, lo que hace la Instrucción 2010 es saltarse la ley a la torera: se refiere a la gestación subrogada como una técnica, valida las decisiones judiciales en el extranjero que reconocen un contrato que en España es nulo, y con esa sentencia judicial se presentan en el consulado español y registran tranquilamente a la criatura a nombre de las o los compradores borrando a la madre que lo ha traído al mundo. ¡Es insólito que esa instrucción de la antigua Dirección General de Registros y del Notariado siga vigente!

Tan insólito como que la universidad oferte charlas sobre esta inmundicia...

Se trata de un intento de normalización social y de atraer profesionalmente a estudiantes de Medicina, de Derecho, de Psicología… a un nuevo nicho de negocio, el de la industria de la explotación reproductiva de las mujeres y la venta de niñas y niños. También es sinónimo de irresponsabilidad y de dejación institucional de funciones, porque en esos cursos, congresos y seminarios se hace apología de una práctica que viola de manera flagrante los derechos sexuales y reproductivos de las mujeres sin que nadie mueva un dedo a pesar de su prohibición. De la misma manera que la investigación y los eventos académicos sobre el “trabajo” sexual están financiados por organismos con intereses creados en el mundo de la explotación sexual y, puesto que la gestación subrogada es una industria multimillonaria en crecimiento, no es arriesgado pensar que ocurre lo mismo con la gestación subrogada. ¿Nadie se pregunta quién financia esos eventos y esa supuesta investigación? ¿Nadie se pregunta cómo es posible que dueños y gente a sueldo de agencias de gestación subrogada participen en este tipo de eventos organizados por instituciones públicas?

La falsa izquierda también ha sido comprada en Cuba. Allí ha metido en su Ley de Familias la compra venta de bebés.

En Cuba, la gestación subrogada no era una demanda social, ni muchísimo menos, cuando se empezó a trabajar el Código de las Familias, que tiene aspectos muy positivos. La gestación solidaria se introdujo de rondón cuando el borrador del Código ya iba por la versión 22. No hay que olvidar que Mariela Castro Espín (hija de Raúl Castro y sobrina de Fidel) es directora del CENESEX, un organismo gubernamental que entró a formar parte de la comisión encargada de elaborar el borrador del Código, y que ILGA Cuba, que forma parte de la mayor y más financiada organización LGTBI del mundo, está incrustada en el CENESEX, de manera que es imposible disociar una de otro.

Parece que cambiar la expresión vientre de alquiler por vientre en préstamo o por gestación solidaria hace que, como por arte de magia, desaparezca la explotación reproductiva, pero la mujer viene descrita en el glosario de la gestación solidaria en Cuba como “tercera persona que pone el útero con total entrega y altruismo”. La deshumanización es total y a las mujeres se las considera un mero instrumento, porque se hizo con el fin de no impedir a las personas que no pueden gestar su supuesto derecho a la maternidad o paternidad. Es decir, para no discriminar a nadie se está instrumentalizando a las mujeres. Para cumplir con ese nuevo y engañoso concepto de “justicia reproductiva”, se cargan los derechos sexuales y reproductivos de las mujeres.

¡Cómo va a ser una mujer una “tercera persona que pone el útero”! En un embarazo se involucra todo el cuerpo y la psique, es un proceso que revoluciona la vida de las mujeres; el útero no es una cosa que se pone ahí sobre la mesa como si fuera una comida a pachas y tú pones los bocadillos y yo la bebida. Lo de la “total entrega y altruismo” es otra vuelta de tuerca al estereotipo sexista de que las mujeres somos capaces de sacrificarnos por todo el mundo y de renunciar a todo, a nuestra integridad física y moral, a nuestros derechos, a nuestros hijos. Siempre digo que la condena de la explotación del hombre por el hombre que aparece en la Constitución cubana era literal y no incluía a las mujeres, lo mismo que la Declaración de los derechos del hombre y del ciudadano de la Revolución Francesa no incluía a las mujeres, lo que le costó la guillotina a Olympe de Gouges cuando se percató de esa omisión y redactó los Derechos de la Mujer y de la Ciudadana.

La Haya y Bruselas son dos lugares en los que se está perpetrando esa violencia sin que la opinión pública sea consciente de ello.

Todo lo que ocurre en las instituciones internacionales es algo que suena como muy lejos, pero lo que se cuece en La Haya representa un peligro real. La Conferencia Internacional de la Haya lleva años tratando de elaborar un protocolo o convenio de filiación de las personas nacidas en contextos de gestación subrogada. La propia Haya reconoce que es un negocio global, pero, en lugar de desarrollar mecanismos para atajarlo, se pone del lado de ese negocio global y contradice sus propios principios contenidos en otros convenios. Por ejemplo, en el Convenio sobre la protección de menores en materia de adopción internacional, La Haya establece salvaguardas para asegurar el interés superior del menor y el respeto a sus derechos fundamentales prohibiendo, por ejemplo, que el consentimiento a la adopción del menor por parte de los progenitores, sobre todo por parte de la madre, se otorgue antes del nacimiento y mediando contrapartida económica, que es todo lo contrario a lo que ocurre en la gestación subrogada: consentimiento a la renuncia de la filiación materna antes del parto y contraprestación económica. Desde la CIAMS, venimos interpelando a La Haya desde hace años para que detengan los trabajos en ese sentido y venimos alertando a la opinión pública del riesgo que supone ese convenio internacional de filiación en contextos de gestación subrogada, porque, de salir adelante, se aprobará en el Congreso como se aprueban tantos, sin un debate social y político serio sobre gestación subrogada, lo que traerá repercusiones sociales muy profundas. Sería, por así decir, la legalización de la gestación subrogada en todo el mundo, una especie de Instrucción 2010 pero a lo bestia.

¡En cuanto al Parlamento Europeo, ha sacado recientemente una directiva que considera la “explotación para la gestación subrogada” como trata de mujeres cuando sean captadas con coacción o engaño para ser madres subrogadas! ¡Como si la gestación subrogada no fuera en sí misma explotación de la capacidad reproductiva de las mujeres! Y en cuanto a la captación de mujeres con coacción y engaño, siempre se dan estas dos circunstancias, porque siempre hay coacción económica, social, psicológica e incluso religiosa, y todas las mujeres son captadas con engaño haciéndoles creer que no son madres de las hijas y los hijos que traen al mundo.

¿Cada Gloria Ruíz que conoces que ha sido explotada o mujeres como Olivia Maurel son la mejor inspiración para acabar con este indigno negocio?

El testimonio de Gloria Ruíz es estremecedor, y eso que tuvo lugar en EEUU, que pasa por ser el país más garantista del mundo y donde teóricamente se defienden los derechos de todas las partes. Gloria no encontró quien la defienda del inmenso daño que le hicieron, porque todos los abogados y abogadas allí están al servicio de la industria y además es muy difícil para una madre subrogada ganar un pleito, por no decir imposible. Todas las madres subrogadas que osaron emprender litigios en EEUU los han perdido, así que no es extraño que se callen ante los atropellos e intenten sobrellevar su vida como pueden, la mayoría de las veces en el anonimato y en silencio, por miedo a las represalias si violan el compromiso de confidencialidad del contrato. Porque además los contratos contienen cláusulas escandalosas que obligan a las mujeres no sólo a renunciar a sus derechos fundamentales, sino también a la renuncia formal a un derecho civil básico, como es pleitear en defensa de tus propios intereses.

Olivia Maurel fue un descubrimiento para mí. Una mujer hecha y derecha nacida de gestación subrogada que hacía vídeos en TikTok narrando su propia experiencia, sus traumas y sus carencias afectivas con un discurso potentísimo contra la explotación reproductiva y la compraventa de recién nacidos. ¡Era algo inaudito! La conozco y nos queremos mucho. Cuando veo cómo la atacan en redes sociales me pongo enferma, porque, claro, es una mujer muy incómoda para los compraniños; creo que ven en ella una premonición de lo que les puede ocurrir también un día e intentan desacreditarla a toda costa.

Recientemente se ha legalizado la gestación subrogada en Irlanda. ¿Qué opinas de ello?


Irlanda nunca se distinguió por el respeto a las mujeres y a los niños. En pleno siglo XX decenas de miles de madres solteras vivieron recluidas en hogares como si fueran delincuentes, les quitaban a sus hijas e hijos y se daban en adopción. Muchas criaturas murieron en los mismos hogares. Y hace cuatro días, Irlanda ha vuelto a demostrar que los derechos de las mujeres y de los niños y las niñas importan cero y ha legalizado la gestación subrogada “altruista” dentro de sus fronteras y comercial en el extranjero. Es decir, en el mundo entero. Y lo hizo además rechazando dos enmiendas para prohibir el acceso a esta práctica a los condenados por pederastia y por violencia machista contra madres "subrogadas", lo que prueba que esta práctica encaja en la cultura de la violencia contra las mujeres y la pedocriminalidad. Y ahora, a toro pasado, se están percatando de que igual se sobrepasaron un poquito y surgen dudas ante problemas que las feministas irlandesas ya habían señalado.

¿Qué te parece la última sentencia del Tribunal Supremo que avala que un bebé nacido en Ucrania sea inscrito como nacido en España?

Es sorprendente que los que no tienen problemas en adquirir un bebé separándolo de su madre al nacer apelen ahora al interés superior del menor. ¿No sabían que es un derecho humano de las niñas y las niñas no ser separados de su madre? ¿No sabían que una persona, por vulnerable que sea, no se puede comprar, vender ni regalar y tiene derecho a conocer sus orígenes? Lo que creo que preocupa a esos adultos es que un día les pregunten “oye, ¿yo por qué nací en Ucrania, si era un país en guerra desde 2014?”. Y de ahí que hayan peleado hasta conseguir que el lugar de nacimiento pueda ser falsificado.

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