“La intimidación que me han hecho por ser mujer no se la habrían hecho a un denunciante”

Ana Garrido Ramos es el espejo de la integridad y la resiliencia. Es una gran mujer que, a estas alturas de la vida, y con todo lo padecido por denunciar años atrás a las cloacas de la Gürtel, sigue con el convencimiento intacto “de mejorar el mundo”. Ahora y como ella misma dice “con más arrugas y más conocimiento” continúa “poniendo sonrisas a las adversidades”. Sus cicatrices, como diría Jane Austen, le hacen saber que su pasado fue real.

Tan real que cada día se propone quitarse de la lucha del activismo contra la corrupción, pero se queda solo en eso. En un intento. Por más que quiera la búsqueda de justicia y paz no se le pasa. “¡Llevo años diciendo que tengo que abandonar esta batalla, pero no hay manera!”, explica riendo. Y no se puede quitar de ello porque dejaría de ser ella. Porque tendría que rendirse cuentas con ella misma y sería traicionarse en primera persona. 


Nuria Coronado Sopeña

“Quizás es porque desde que denuncié parte del caso Gürtel, llevo años recibiendo llamadas, mensajes, correos de cientos y cientos de personas, contándome que estaban viviendo lo mismo que yo. Daba igual el partido político, la empresa, la localidad, etc. Me preguntaban muy angustiadas qué podían hacer. Aquello fue tremendo, porque yo estaba librando mi propia batalla, que no fue fácil; y al mismo tiempo me pedían consejo personas desesperadas que eran víctimas de la corrupción”. Su respuesta entonces era “hacer lo que podía, ya que había aprendido mucho "de sus errores y de las trampas que me habían tendido”, reconoce.

La “muerte civil”

En todos estos años ha constatado que hay una estrategia común para quienes no se doblegan a la corrupción. “Existe un patrón de represalias en forma de campañas de difamación, desgaste económico a base de pleitos, dificultar tu vuelta al mundo laboral, el maltrato y deterioro psicológico, etc. En algunos casos no te matan, pero tratan de provocar tu muerte civil o inducirte al suicidio. ¡Es brutal!”, subraya.

“He peleado mucho junto con más denunciantes y colectivos anti corrupción de España y del resto de Europa para conseguir un marco legal. Esta es la única forma de que a otras personas les hicieran lo mismo”, añade. Y su empeño dio los frutos que jamás pensó iba a ver en su vida. La aprobación de una Directiva Europea que protegiera a denunciantes e informantes de corrupción: la 2021/1937, conocida como Directiva Whistleblowing. Y una cosa llevó a otra:  a que interviniera en su transposición en España, a través de la Ley 2/2023.

Ahora, desde su rincón gaditano lleno de buganvillas y sueños por cumplir, ha sabido hacer de todo lo vivido su mayor virtud. Está en pleno proceso de redacción de una novela autobiográfica con la que piensa resarcirse del daño que le hicieron “contándolo todo” y además ha creado hace un año su propia consultoría ProÉtica & Compliance.

Y dado el panorama nacional, no le falta trabajo. “Después de muchos tumbos he decidido dedicarme profesionalmente a hacer lo que llevo haciendo altruistamente desde hace muchos años. Ya me sabía la ley 2/2023 de pe a pa, me especialicé en la implementación de canales de denuncia a través de la Escuela de Práctica Jurídica de la UCM. Llevaba años asesorando a denunciantes de corrupción, así que he dado el paso de convertirlo en mi profesión”.

Para ello Ana Garrido Ramos se ha rodeado de un equipo jurídico cuya mejor garantía es la honestidad, la cualificación, la insobornabilidad y el compromiso de las personas que lo integran. “Muchos y muchas denunciantes de corrupción nos hemos visto abandonadas o hemos sufrido cómo presionan o sobornaban a quienes nos representan legalmente. ¡En los casos de tramas de corrupción para la parte contraria, vale todo, como en la guerra!”, recalca.

Por eso, si bien al principio ProÉtica se centró en la implementación de canales de denuncia ahora ha aumentado su cartera de servicios con el más demandado: el asesoramiento y la representación jurídica de personas “que han denunciado o han detectado infracciones o ilícitos penales y quieren denunciar, pero pisando tierra firme, sin sufrir represalias”, dice su fundadora. 

Y es que Garrido comenta que todas estas personas acuden a su empresa “en situaciones muy angustiosas porque ya han sufrido algún tipo de represalias como despidos nulos, acoso laboral… Y de repente nos dicen que sienten el mejor respaldo gracias a nuestro equipo profesional. En ese momento, aunque el problema no desaparece no se sienten la intimidación, dejan de temer meter la pata tomando alguna decisión que puedan revertir posteriormente en su contra. Así afrontan el problema con el respaldo de una especie de batallón que se parte la cara en su nombre”, destaca.

Emprender con ProÉtica ¿ha sido tu salvación o tu mejor y mayor venganza?

Pues la verdad es que nunca me lo había planteado como venganza. Si pienso en venganza contra la organización criminal que arrasó mi vida durante años, en plan caza de brujas, pienso en todos ellos metidos en un furgón camino de un Tribunal. Con todos y cada uno de los que contribuyeron a provocar mi muerte civil a cambio de prebendas y se fueron de rositas. Si muchos de los delitos no hubieran prescrito y no me quisiera gastar más dinero ni tiempo en abogados, aportaría todas mis pruebas para que los fueran interrogando uno a uno delante de mí. Ese sería mi mayor deseo, no mi venganza. La sed de Justicia es otra cosa bastante más seria y digna. Si me quisiera vengar ya lo habría hecho. Conozco muy bien los puntos vulnerables de todos y cada uno de ellos, pero no soy tan perversa… ¡Por ahora!

¿A qué te refieres con que lo sabes todo?

A que sé sus nombres, las conexiones entre la política, los medios de comunicación, las ex compañías de trabajo, las personas que me amenazaron de muerte… Sé cómo les compraron incluso cómo me traicionó el despacho de abogados que me representaba. Y no me refiero al del acoso laboral, ya que ese pleito lo gané. Yo no sabía que el despacho que me representaba en la etapa más fuerte de mi caso tenía en común un testaferro de la Gürtel. Dejaron prescribir intencionadamente delitos muy graves. Cuando decimos que son una mafia organizada no es una frase hecha. Es que lo son.

¿Puedes poner algún ejemplo?

Sin entrar en profundidades: ¿cómo te comes que un tipo que no tenía dónde caerse muerto, al que conocí en una manifestación de apoyo a mi caso, y llegó a ser mi pareja durante un año resultase ser un infiltrado de ellos? Les pasaba información de mi ordenador, de mis reuniones con mi abogado…  De todo esto me enteré tras cortar mi relación con él. Llegó a conceder varias entrevistas, mintiendo como un bellaco y haciéndose pasar por vecino de Boadilla. En fin, finalmente lo demandé por injurias y derecho al honor, publicadas en OkDiario y otros medios. Se presentó al juicio llevando como abogado el hijo de Ana Rosa Quintana y Alfonso Rojo. Y así todo… ¿Son o no son una mafia?

¿Ser mujer le ha servido a esa mafia corrupta para que te intimidaran de una forma diferente a haber sido un denunciante?

Rotundamente sí. La intimidación que me han hecho por ser mujer no se la habrían hecho a un denunciante. Les resulta más fácil acobardar a una mujer -que además vive sola- que a un hombre. Me he encontrado con varios tipos esperándome a la salida de un pleno o en el portal de mi casa de noche. Sabía que no eran violadores. Me han llegado a rodear. Físicamente y por mi estatura y corpulencia sabían que tengo todas las de perder. Lo que buscaban muchas veces era que perdiera los nervios y reaccionara defendiéndome. Cosa que nunca hice, aunque no por ganas. Y repito eso a un hombre no se lo hacen. Me han perseguido en coche tras salir de una entrega de premios. De haber tenido dinero habría contratado a un guardaespaldas. Solo pasé una vez miedo y es cuando me reventaron tres veces la cerradura del coche. Salvo en esa ocasión su intimidación no ha servido de nada porque no soy una persona miedosa. Tanto que aquí me ves que sigo adelante. Dicho todo esto también quiero añadir que no desmerezco el sufrimiento de mis compañeros denunciantes. Ellos y sus familias también lo han pasado muy mal. Hablo de Luis Gonzalo o Roberto Macías, por ejemplo.

¿Hay sectores en los que denunciar es más complicado o contar la verdad siempre sale igual de caro?

Contar la verdad no sale siempre igual de caro. Tras denunciar el caso Gürtel, la prensa me seguís preguntando si lo volvería a hacer. Mi respuesta siempre es la misma: sí, pero de otro modo. Con esto quiero decir, que quizás yo fui un poco kamikaze por desconocimiento. Pero se puede denunciar sin inmolarse. Ahora manejo mucha más información sobre cómo hacerlo, dónde acudir, cómo protegerte manteniendo el anonimato. Depende mucho del lugar dónde trabajes, si en tu comunidad autónoma existe una Agencia Antifraude o no; y en caso de que exista, conocer si es eficaz o no.

Y sí; dependiendo del sector, y de la gravedad de lo que denuncies, puede ser más complicado. Por eso yo siempre animo a denunciar, pero también a asesorarte antes de hacerlo. Existen cauces seguros, pero tienes que conocer muy bien cuáles son. Creo que en el sector público es más complicado que el privado, pero existen tantas variables… Un canal interno de denuncias bien articulado en tu lugar de trabajo es una buena vía. Pero tampoco es una garantía en todas las empresas o en el sector público. Imagínate que la persona responsable del canal está implicada en la infracción de la que quieres informar.

Recomiendo que esta responsabilidad no recaiga en una sola persona, sino un órgano colegiado y que la persona empleada pueda descartar a quienes puedan tener implicación en el presunto ilícito. La pena es que la oferta de canales de denuncia se ha convertido en un nicho de mercado para empresas de todo tipo. Y no es suficiente con tener un simple software para salir del paso y cumplir con la normativa con el único objetivo de no tener sanción por no tener implementado el canal de denuncias.

Es decir que hay que tener conocimientos sobre el proceso…

Así es. Y esto viene perfectamente estipulado en la Ley 2/2023 en lo que se refiere no solo a la seguridad del canal, sino a los plazos de respuesta, cómo se realiza una investigación, qué es el triaje.... En muchas ocasiones, también ocurre, que esta responsabilidad se la adjudican a alguien sin conocimientos, ni tampoco le proporcionan formación al respecto. En este sentido, creo que el Gobierno está siendo muy permisivo y no se está implicando en el cumplimiento de esta Ley. Tras la aprobación de esta, no han realizado campañas de visibilidad ni ha aportado demasiadas iniciativas formativas; de modo que la mayoría de la ciudadanía no conoce siquiera que esta Ley existe y que supone una herramienta a su disposición para denunciar corrupción sin sufrir represalias.

¿La Ley de denunciantes es papel mojado?

¡Qué pregunta más difícil de responder! Para mí haber conseguido tener esta Ley en España ha sido un gran logro, un paso hacia adelante para futuras generaciones. A pesar de sus carencias ofrece muchas garantías de protección, un régimen sancionador contra las instituciones o personas que ejercen represalias contra la persona informante. La implementación de canales denuncia encriptados en los que puedes preservar tu anonimato a la hora de denunciar algo crucial. Pero ¿cuál es la realidad? Que desafortunadamente, en muchos casos no se está cumpliendo correctamente. Y por eso varios colectivos anticorrupción hemos elevado una queja al Parlamento Europeo. Por ejemplo, hay organismos públicos o empresas que tienen implementado el canal de denuncias y lo primero que le piden a la persona empleada es que se identifique o la advierten que su IP va a ser rastreada… ¡Esto no puede ser! En mi opinión, no hay mejor blindaje que el anonimato. La confidencialidad puede tener brechas.

¿La confidencialidad refleja el compromiso de la entidad en cuestión?

Si la Ley te obliga a mantener la confidencialidad de quien informa la tienes que cumplir- Pero ¿cuántas veces se infringe la Ley si el enriquecimiento ilícito de un corrupto se ve amenazado? Y ahora vamos a llegar a lo peor de esta Ley que me da vergüenza hasta contarlo. Aunque a quién se le debería caer la cara de vergüenza es al Gobierno. La ausencia de la Autoridad Independiente es lo que ha generado que existan muchos puntos de la Ley 2/2023 que no funcionen. La Autoridad Independiente está tardando demasiado en constituirse. Después de mucho esperar el pasado 9 de mayo se publicó por fin el Real Decreto por el que se aprueba el Estatuto de la Autoridad Administrativa Independiente de Protección del Informante. Eso sí, prescindiendo del trámite de consulta pública; aunque nos dan un plazo de 7 días para poder participar.

¿Cuál es el resultado de ello?

Para que te hagas una idea, la Autoridad Administrativa Independiente es como el Órgano de Control. Pero lo peor es que su tardanza en la creación hace que el resto de la Ley no funcione como debiera. Me refiero al régimen sancionador, la creación de agencias Antifraude por Comunidades Autónomas o a la rigurosidad en el funcionamiento de los canales de denuncia etc. Es como si cuando se aprobó la famosa LOPD, tuvo que ir aparejada de la creación de la Agencia Estatal de Protección de Datos que es la que vela por el cumplimiento de la LOPD. Pues aquí tenemos una Ley de protección al informante o denunciante, pero hasta ahora sin Agencia Estatal ni órgano de control alguno. En la Ley 2/2023 es lo que se denomina Autoridad Independiente. Y no la han creado porque no les da la gana, así de claro te lo digo. Parece que con la nueva al principio acudía a muchas ponencias para dar mi visión de la Ley 2/2023. A ayuntamientos, universidades, asociaciones, etc. ¿Entiendes por qué cada vez acudo a menos ponencias para hablar de la Ley 2/2023?

Más claro agua ¿y entonces?

Al principio asistía para dar visibilidad al contenido de la Ley desde el punto de vista de las y los denunciantes y me encontraba con juristas y personas académicas hablando de forma muy técnica y ortodoxa. Pero percibía en algunos casos, que lo que menos les importaba era si era útil o no para las personas denunciantes. De hecho, me encontraba con denunciantes muy conocidos que planteaban situaciones que hacían ver que no se estaba cumpliendo la Ley. Y encima los miraban mal o incluso los acababan expulsando de la sala. Es muy fácil hablar desde la teoría, cuando al final del día, vuelves a tu casa y tienes tu sueldo, tu confort, y tus necesidades básicas cubiertas. Pero el estado de desesperación que están viviendo muchas personas por haber denunciado corrupción, y que encima no les dejen ni siquiera ser críticos. ¡No me entra en la cabeza! Desde mi punto de vista tenían toda la razón cuando hablan de los incumplimientos de la Ley. Yo si voy, voy a hablar de lo positivo y de lo negativo con todo el respeto del mundo. Pero ir para que, tras una ponencia, nos aplaudamos por lo bien que lo hemos hecho, cuando realmente sigue habiendo vidas truncadas después de la aprobación de la Ley, no es de recibo.

¿Qué ha cambiado de la corrupción que viviste a la actual? ¿Se ha profesionalizado o sigue habiendo los y las mismas que se creen impunes y hacen picias con cuadernos a lápiz? ¿A más nivel más inmundicia?

La corrupción en España a grandes rasgos comenzó con los pelotazos urbanísticos, después con la Sanidad, Educación etc. En fin, hay muchas formas de sacar tajada de lo público, incluso colocar a dedo a un amigo o familiar o realizar procesos selectivos y licitaciones ad doc. Esto es algo que conoce todo el mundo, pero dónde creo que más está afectando es en la forma de ocultar o blanquear el dinero obtenido de prácticas corruptas. Ya lo del dinero oculto en paraísos fiscales va a dejar de estar de moda. El gran problema al que nos enfrentamos para seguir el rastro es que los corruptos se han hecho expertos en bitcoins y ahí creo que van más adelantados que la Justicia. Es un método más desconocido y sofisticado para encontrar el rastro.

Da igual donde mires que últimamente España huele a corrupción. ¿Si hubiera justicia este no sería un país donde la buena gente pierde?

No voy a decir nada nuevo que la gente no sepa. Para que exista corrupción son necesarias tres patas: la política, la empresarial y la del funcionariado corrupto. Pero el mayor problema es cuando ya llegamos a la corrupción judicial. Porque por muchas pruebas, testimonios, informes periciales, etc., que se aporten en un caso. Lo peor que puede ocurrir es la estafa procesal y la corrupción judicial. Contra eso es muy difícil luchar.

 

 

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